Esta tecnología tiene un gran potencial transformador y promete revolucionar las formas de trabajar en las compañías. Es una innovación tecnología sobre la propia IA, ya que no solo es capaz de generar nuevos contenidos – es decir lenguaje en diferentes formatos, bien sea texto, imagen o sonido – sino aprender mediante la interacción con ellos a través del propio modelo generativo que llevan intrínseco. La combinación de los modelos lingüísticos (LLM) de la IA combinados con los modelos generativos que se han desarrollado a su alrededor con la IAG han marcado un antes y un después. La IAG ha dotado en cierta manera a la IA de “alma” ya que la ha permitido aprender del propio contexto, a ser creativa de forma independiente, de reaccionar en función de una intención y readaptar la tarea en función de esa intención.
Esto la convierte en la herramienta con el potencial de transformar el propio negocio, a través de la optimización, automatización y transformación de las diferentes tareas y funciones empresariales y aplicarse en cualquier sector.
Todas las organizaciones van a tener que adoptar una estrategia dual. Por un lado, tendrán que diseñar una estrategia a corto plazo basada en modelos de alto rendimiento y por el otro una estrategia basada en la reinvención del propio negocio haciendo uso de modelos basados en datos. Esto implica que todas las organizaciones van a tener que trabajar duro en su estrategia de datos abarcando los distintos aspectos de la misma, desde el gobierno de los datos asegurando que la información es reutilizable, confiable y se utiliza de manera ética hasta el diseño de arquitecturas escalables y optimizadas en costes para poder llevar la inteligencia de datos a su máximo exponente.
No tenemos que olvidarnos del impacto del uso de esta tecnología en el día a día de una organización. Hay estudios que demuestran que el 62% del nuestro tiempo lo utilizamos con tareas relacionadas con el lenguaje y que la IAG reducirá al menos un 50% del mismo a través de la optimización de las tareas y dándonos la capacidad de reinventarnos para aprovechar mejor nuestro potencial. Para que esto suceda las organizaciones tienen la responsabilidad de formarnos en esta nueva tecnología y acompañarnos en su adopción, enseñándonos a ver la importancia que tiene para nuestro día a día y como se relaciona con el resto del ecosistema tecnológico con el que trabajamos.
Sin duda estamos ante una auténtica revolución que va a transformar absolutamente todo a nuestro alrededor incluyendo la propia sociedad. El impacto positivo que va a generar sobre la creatividad y la productividad de las personas será todavía mayor de lo que a día de hoy nos podemos imaginar ya que todavía estamos en una fase embrionaria de esta tecnología.