¿Tienen realmente las organizaciones una verdadera cultura del dato? Sabemos que la mayoría de ellas generan una enorme cantidad de ellos. Sus clientes se los generan, de hecho. Usuarios extremadamente digitalizados los otorgan en cada interacción con los productos y servicios que consumen.
Si seguimos la idea de que las compañías tienen una verdadera Cultura del Dato, deberíamos suponer que las mismas los recogen por algo. Que los utilizan quizás para adoptar mejores decisiones en la optimización de sus productos y servicios. Que analizan de manera correcta esas ingentes cantidades de datos que recogen. Que identifican patrones y componen información útil. Que dicha información la comparten de manera transversal. Y lo hacen con toda la organización para la toma de decisiones. Que actúan en real time con ellos para personalizar los insights que se lanzan al mercado. Y sobre todo para mejorar las experiencias de sus clientes.
Aunque así debiera ser, lejos estamos aún de tener un paradigma con una cultura del dato real. Según el informe “2020 Global State of Enterprise Analytics”, aunque el 94% de las organizaciones dicen estar sumergidas en una transformación Data Driven profunda, apenas el 11% de los empleados de las organizaciones tiene acceso a los datos. Y en el 60% de los casos, además, confirman que sus compañías emplean muchas horas y recursos en extraer algún valor real de los mismos.
Las organizaciones saben que tienen que invertir ya sus esfuerzos en una cultura del dato real. ¿Pero cuál es el principal inconveniente para las organizaciones a la ahora de acometer esta tarea? ¿Saben por dónde empezar a construir esta cultura? Hoy te contamos a grandes rasgos tres claves importantes a tener en cuenta en esta transformación cultural.
CULTURA DEL DATO ES ELIMINAR SILOS
Si algo está comprobado, es que las compañías con cultura del dato son aquellas que tienen el Data Driven como activo estratégico. Aquellas que generan competitividad a través del dato y su explotación.
Esta cultura del dato radica en comprender que las organizaciones deben tener una visión holística y multidisciplinar. Entender que los datos no corresponden a una única área dedicada al negocio. Por tanto, es eliminando silos en las organizaciones donde se consigue realmente desarrollar estrategias. Aquellas en las que el Data Driven aporta un valor verdadero.
Es momento de que las organizaciones inviertan en herramientas que estimulen la cultura del dato. Las organizaciones deben construir auténticos Digital Workplaces donde los trabajadores sean autónomos en el manejo de esos datos. Donde la información esté accesible para todos.
Al dato hay que empoderarlo en el seno de la organización. Netflix ya está tomando el 30% de sus decisiones estratégicas de manera automatizada según el comportamiento de los datos. Si las compañías consiguen generar y mejorar su catálogo de datos, eliminar los silos entre todos los pilares del negocio y ofrecer autonomía, podrán seguir avanzando en su cultura.
CULTURA DEL DATO ES GOBERNARLO
Una organización que aboga por la cultura del dato, sabe que hay que gobernarlo. Las organizaciones han de unificar el significado de los datos en todas las áreas de la organización. Deben tener una única visión de su trazabilidad y calidad. Es necesario que las organizaciones sean capaces de crear una arquitectura flexible que permita gobernar el dato.
En este sentido, es bastante común encontrarnos con que el problema del gobierno no está en la tecnología. Está en la propia falta de cultura del dato. El fomento de la confianza en los datos ahora mismo resulta fundamental. Su tratamiento debe ser transparente y seguro, para lo cual es imprescindible contar con un buen gobierno de datos.
Si las organizaciones quieren tener una cultura del dato real, es necesario que comiencen por ordenar su casa. Es momento de establecer una base sólida alrededor de los datos. Las organizaciones han de entender de qué datos disponen y qué datos necesitan desarrollar o adquirir.
Cultura del dato es gobierno, es optimizar, organizar, e integrar los datos de la manera más eficaz y con visión estratégica. Para ello las organizaciones deben definir la arquitectura de datos de la organización. Deben contemplar el modelado, el tratamiento en real-time y el batch de la información.
Las organizaciones que aboguen por una cultura del dato deben apostar en tecnología para el gobierno del mismo desde la propia cultura. Plataformas Big Data / Fast Data, almacenamiento y procesamiento de datos en Cloud, tecnologías emergentes de integración y almacenamiento de datos. Todo esto sin descuidar todos los procesos y herramientas necesarios para asegurar una óptima calidad de los datos disponibles.
CULTURA DEL DATO ES APOSTAR POR TALENTO
Las organizaciones que se enfrentan al reto de adoptar una cultura del dato real no solo están encontrando hándicaps tecnológicos. El talento es un verdadero quebradero de cabeza para las organizaciones.
La cultura del dato se ve mermada también ante la carencia de perfiles analíticos en las organizaciones. Una verdadera inquietud para todos los sectores está siendo encontrar personas con dicha cultura adquirida.
Las organizaciones que apuesten por establecer su propia cultura del dato, deben priorizan las habilidades de datos al reclutar, desarrollar y retener el talento. No son solo datos, son “personas que usan datos”. Si las personas no entienden como actuar con ellos, difícilmente las organizaciones puedan basar sus decisiones en los mismos.
Es por tanto que las organizaciones deben priorizar la cultura del dato en sus estrategias de adquisición de talento. Deben saber redactar las necesidades concretas que requiere esa cultura, y saber identificar los perfiles idóneos para sus necesidades de negocio. En esta era del dato, todos los miembros de la organización deben ser capaces de aplicar conceptos analíticos en su trabajo. Deben ser capaces de hacer del dato una verdadera entrega de valor a su organización.