La morosidad en España en los últimos años se ha mantenido en niveles aceptables debido, fundamentalmente, al ahorro generado durante la pandemia y a las ayudas a las empresas para afrontar la baja actividad durante el periodo pandémico y las adaptaciones posteriores que tuvieron que realizar. No obstante, el incremento de los tipos de interés y la elevada inflación han mermado el acceso a nueva financiación para las empresas y consumido gran parte del ahorro de las familias.
En este escenario, las previsiones indican que se producirá un repunte de la morosidad para el que las entidades financieras en España se deben preparar. Para ello, cuentan tanto con herramientas legislativas como tecnológicas y organizativas.
En el mundo empresarial se ha producido en el último año un notable incremento de los concursos en pymes, lo cual pone de manifiesto los problemas de liquidez de este tipo de empresas, que debe encararse por las entidades financieras desde dos vertientes:
Por un lado, la nueva ley concursal incorpora nuevas herramientas como los planes de restructuración o venta de activos de la empresa, que permiten evitar la disolución de empresas y facilitar el saneamiento. Las entidades financieras deben dedicar tiempo y recursos para ofrecer planes de restructuración viables con el objetivo de evitar concursos que duran varios años y afectan negativamente a sus balances. Para las micropymes, la nueva ley concursal, ofrece, desde enero de este año, un nuevo procedimiento especial totalmente digital, que se gestiona desde un nuevo portal del ministerio de justicia, facilitando soluciones rápidas al problema de liquidez de estas empresas.
Por otro lado, las entidades financieras están invirtiendo en sus sistemas de recuperación para dotarlos de herramientas específicas para la gestión recuperatoria de empresas, así como en equipos humanos especializados tanto dentro de las entidades como en sus servicers.
En el caso de los particulares, los avances en tecnología de los últimos años son el gran aliado de las entidades financieras para el control de la morosidad y para afianzar el nuevo paradigma «customer centric», que coloca al cliente fidelizado y saneado como principal objetivo de la gestión recuperatoria usando el dato como eje fundamental para la definición de las estrategias de recuperación.
Herramientas de tratamiento masivo de datos como el big data, o la analítica en tiempo real como fast data, así como los algoritmos de machine learning, ofrecen a las entidades financieras la información necesaria para el tratamiento adecuado de cada perfil de cliente en situación deudora, ayudando a crear estrategias de anticipación y prevención, detectando la capacidad de autocura con una visión omnicanal, facilitando la autogestión de la deuda y permitiendo propuestas de solución a medida del cliente (refinanciaciones, restructuraciones, quitas, etc…). Todo ello, unido al alto grado de automatización que permiten los sistemas de recuperación actuales, hace que se puedan optimizar las costes y recursos asignados al proceso recuperatorio.
Como conclusión, las entidades financieras en España tienen una serie de herramientas legislativas, de especialización y tecnológicas disponibles que, correctamente aplicadas, les permitirán afrontar el esperado repunte de la morosidad en España con garantías de éxito.